Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
Algo que disfruto mucho es leer la Palabra de Dios, pero cuando empiezo a descubrir historias de personas reales, escondidas en la Palabra de Dios, verdaderamente me apasiona. El otro día estuve disfrutando mucho mientras leía varias historias que se relatan en el segundo libro de crónicas capítulos del 8-12.
En este libro se nos muestra parte de la vida del Rey David. Si! Me refiero al famoso rey David que seguramente llegaste a escuchar alguna vez. El, nos dice la Palabra fue un hombre que tenía un corazón conforme al corazón de Dios. Hechos 13:12 nos dice, "quitado éste, le levantó por Rey a David, de quién dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quién hará todo lo que yo quiero." Imagínate! es la única persona en toda la Biblia de la cual se nos dice que tuvo un corazón conforme al corazón de Dios, no porque el fuera perfecto, ya que un hombre perfecto solamente ha sido nuestro Señor Jesucristo, sino más bien, porque su relación con Dios era tal, que trataba siempre de seguirlo, amarlo, y reconocerlo en todos sus caminos. Y aunque muchas veces, a través de su vida tuvo debilidades, siempre volvía a buscar al Señor para pedirle que examinara su corazón y lo perdonara. Porque su deseo era obedecerlo. El rey David tenía una relación tan hermosa con Dios y tan íntima, que el mismo llegó a escribir muchos de los salmos. El rey David no le ocultaba nada a Dios, parece ser que a él le agradaba que Dios viera su corazón y lo examinara. Como dice el salmo 139:23-24, "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame por el camino eterno". Realmente el rey David deseaba agradar a Dios. Dios mira el corazón del hombre, no tan sólo las apariencias. El mismo, cuando iba a escoger al joven David para ser el rey de su pueblo, le dijo al profeta Samuel: "Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 Samuel 16:7) Dios no se equivocó al haber inspirado al Espíritu Santo para escribir que David era un hombre conforme a su corazón, por lo que la misma Palabra de Dios lo considera un rey bueno. Enseguida, en medio de esa lectura, vemos la vida de su hijo Salomón, el cual fue un rey que buscaba al Señor de manera similar, el siguió el ejemplo de su padre. Seguramente en las historias que escuchaste durante tu infancia llegaste a escuchar también sobre el rey Salomón, el cual fue grande en riquezas y le construyó un enorme y hermoso templo a Dios, en el cual la gente podía venir para adorarlo, leamos 2 Crónicas 8:12-14, “Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico, para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los días de reposo, en las nuevas lunas, y en las fiestas solemnes tres veces en el año, esto es, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos. Y constituyó los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David su padre, y los levitas en sus cargos, para que alabasen y ministrasen delante de los sacerdotes, cada cosa en su día; asimismo los porteros por su orden a cada puerta; porque así lo había mandado David, varón de Dios”. Dios lo bendijo grandemente con sabiduría y riquezas, él seguía sus caminos. Su fama era tal! que venían de todo el mundo a conocerlo y a traerle tributos, como nos relata 2 Crónicas 9:1-8 “Oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su corazón tenía. Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas, y nada hubo que Salomón no le contestase. Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y la escalinata por donde subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada. Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído. Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría. Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia”. El Rey Salomón, al igual que su padre, el rey David, no fue un hombre perfecto, pero su ejemplo definitivamente fue un impacto para su generación, el actuó con sabiduría y justicia, logró dirigir a todo un pueblo para que siguieran los caminos del único Dios verdadero, de tal modo que ellos deseaban adorar en el templo y seguir a Dios. Sin embargo, aunque tristemente al final de sus días, su corazón se apartó de Dios y lo desobedeció. La misma Biblia lo considera un rey bueno. (Puedes leer su historia en 1 Reyes, capítulo 11). Sin embargo, mientras continuaba leyendo, lo que llama más mi atención y a la vez me da tristeza, es lo que pasa después, cuando continúa el reinado Roboam, hijo de Salomón. Es cuando las cosas cambian completamente para el pueblo de Dios. Roboam, solo durante los primeros tres años de su reinado pone el ejemplo al pueblo de seguir al Señor. ya que él mismo lo hace. Sin embargo, después de pasados los tres años, empieza a hacer lo malo y se aparta de Dios. Como leemos en 2 Crónicas 11:16-17, “Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres. Así fortalecieron el reino de Judá, y confirmaron a Roboam hijo de Salomón, por tres años; porque tres años anduvieron en el camino de David y de Salomón”. Mientras leía todo esto, me quedé sorprendida. Reflexionando, meditaba y pensaba ¿cómo es posible? su padre fue Salomón, su abuelo fue el rey David, hombres que amaban y seguían al Dios todopoderoso, ¿cómo pudo pasar esto? Roboam, no tan solo se apartó de Dios, sino que tristemente tuvo influencia en todo su pueblo para mal. Como relata 2 Crónicas 12:1 “Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel con él”. Me impresiona pensar que la influencia que tuvo de su abuelo y su padre la mayor parte de su vida, no fue suficiente para que el deseara seguir los caminos del Señor. Quizás, hasta este punto de su vida, tuvo más influencia el ejemplo de su padre Salomón al haberse apartado de Dios al final de sus días. ¡Que tristeza! Esta parte me hace reflexionar,
Mientras continuaba leyendo, le preguntaba al señor
Fue el mismo Roboam quien no dispuso su corazón para seguir a Dios. ¡Gua! esto me confirma que seguir a Dios definitivamente es una decisión personal. Pudiste haber sido hijo de un pastor, un evangelista, o del padre más devoto que te puedas imaginar, sin embargo, es la decisión personal de cada uno, para disponer el corazón y buscar al señor, la que nos va a llevar a poder enfrentar los retos de cada día, para no desviarnos de sus caminos. -Por otro lado, ¿qué esperanza tenemos para nuestros hijos? Si tenemos una gran esperanza, porque nuestra confianza está en Dios y en el camino que abrió Jesús para que podamos entrar al trono de la gracia e interceder por ellos. Además, podemos ver en la vida de Salomón, que el si decidio seguir gran parte de su vida el ejemplo de su padre David, amando y siguiendo al Señor. Definitivamente, como padres y madres somos un ejemplo a seguir, estamos impactando a nuestra descendencia, aun sin planearlo. Lo interesante es reflexionar,
Te invito que hoy dispongas tu corazón para buscar al Señor, y pedirle ayuda en esta tarea, ser buenos ejemplos y guías de nuestros hijos. Oremos también para declarar sobre nuestras vidas, esta poderosa promesa que yo misma he orado sobre mis hijos. La puedes leer en Jeremías 32:39-42. Oremos, "Padre bueno, ¡Gracias porque nos amas tanto! Señor, hoy te quiero pedir que me des sabiduría para dirigir a mis hijos en tus caminos. Gracias Señor porque tú eres nuestro Dios. has hecho que haya coherencia entre nuestro pensamiento y nuestra conducta, a fin de que siempre te temamos para nuestro bien y para el de nuestros hijos. Gracias porque Nunca dejarás de mostrarnos tu favor y de estar con nosotros. Gracias porque Has puesto tu temor en nuestros corazones y así nunca nos apartaremos de ti. Gracias porque Te regocijas en favorecernos, y con todo tu corazón y alma, nos plantarâs firmemente en esta tierra. Gracias porque tus planes son de bien para nuestras vidas. Ayudame porfavor para no caer en tentación, ni apartarme de ti. Y poder impactar a mis generaciones para bien. Y líbranos de todo mal, porque tuyo es el reino y el poder por siempre, en el nombre de Jesús. Amén". Lectura Para Avanzar:
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AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
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