Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
¿Sabes quién es El Caminante? Erase una vez un joven que salió a caminar buscando su destino. El siempre, a la hora de tomar su camino salía contento y pensaba. “Este es un buen día para caminar.” El salía y cada día tomaba el mismo camino. Le agradaba ir disfrutando el paseo. Observar y ver pasar a la gente mientras se dirigían a su destino. Disfrutando los panoramas. Cada árbol y flor eran una ocasión para pensar “este es un buen día para caminar”. Cada uno de sus días eran en cierta forma similares, caminar y caminar, mientras disfrutaba cada cosa bella que observaba, imaginando grandes aventuras para encontrar su destino. Unos de esos días, en que el caminante salió a caminar, se levantó como de costumbre pensando “hoy es un buen día” tomó su desayuno y salió a caminar. Tomo su camino y empezó a caminar disfrutando las cosas cotidianas que siempre le hacían pensar “este es un buen día”. Mientras iba hacia su destino caminando por el camino, Se puso a observar el río. Era un rió muy caudaloso, que corría a todo lo largo de su camino. En seguida se acercó a mirar más de cerca esos majestuosos árboles que continuamente le llamaban la atención porque lo impresionaban y le hacían sonreír. Siempre con sus hojas muy verdes, y esos enormes y deliciosos frutos que parecía que lo estaban esperando para saciar su sed. En eso se sentó debajo de uno de ellos. Este era un árbol frondosos, y al igual que todos los demás, tenia sus hojas muy verdes y un delicioso fruto. Ya los conocía, en verdad tenían el fruto más delicioso que jamás había probado. El caminante, se dispuso a disfrutar del fruto mientras descansaba bajo su sombra y pensaba “este es un buen día”. Después de un rato se levantó y por fin continuó su camino. Siempre era refrescante descansar y tomar ese fruto. Lo hacia sentirse vivo de nuevo. El caminante continuó su camino cuando de repente se encontró con una gran bolsa tirada a un lado del camino, era como un gran costal que parecía olvidado de su dueño. Le dio curiosidad y se acercó para ver qué podría traer esa bolsa que se veía tan llena que casi parecía desbordarse. Se acercó y la abrió pensando que tal vez sería un gran tesoro. Cuando la abrió, encontró que era algo parecido a unas sémolas, con un color tan dorado como el del trigo. Era un color muy especial, como si pudiera brillar aun en la obscuridad. Era algo muy especial, algo nunca visto. Esas diminutas semillas le fueron totalmente desconocidas. Sin embargo pensó, “estas semillas deben tener un dueño, ¿quien será el sembrador? ya se, iré por mi camino buscando y preguntando si alguien sabe de el”. Tomó el costal de semillas doradas y continuó su camino alegre mientras pensaba “este es un buen día”. En eso se encontró con una simpática niña jugando alegremente a un lado del camino y le preguntó,
-FIN- Está historia corta tiene gran sentido, ¿no lo crees así? Creo que en esta vida, cada uno de nosotros tenemos un destino y vamos caminando por la vida nuestro propio camino, pero a veces olvidamos que cuando venimos a conocer al Señor también tomamos de sus deliciosos frutos. El transformó nuestra vida, nos dio nuevas fuerzas, nos llenó de paz, nos quitó la angustia y la tristeza, y ahora podemos a cada momento acercarnos a El. Podemos disfrutar de su abrigo y tomar de su fruto. ¡El nos dio vida!
No lo sé tú, pero te pregunto.-¿Acaso será que a veces nos hemos olvidado ¡cuan grande cambio! ha hecho Jesús en nuestras vidas? Yo recuerdo que cuando me encontré con Jesús, yo estaba en una situación desesperada, viviendo tristezas, amarguras, dolor y sin ninguna esperanza. Sin embargo, una mujer que nunca había sabido de mí, se cruzó en mi camino y tomó un momento para platicar conmigo. Ella, caminante en su camino, simplemente sembró una semilla en mi. Me contó de cuando Jesús vino a su vida y ¡cómo la había ayudado! Me contó cuánto Jesús me amaba y deseaba conocerme. Ese día ella me dio de su fruto**: unas palabras sinceras de su corazón, y eso ¡transformó tanto mi vida! que ahora soy completamente otra. Ahora puedo disfrutar de verdadera paz. De amor familiar. De amistades sinceras. De Salud. De una relación genuina y abierta con Dios. ¡Cosas verdaderamente valiosas! Fruto que enriquece. Y eso me hace pensar, que como yo estuve antes, todavía hay muchos sufriendo y sin esperanza. -Creo que esto es algo para meditar, ¿no lo crees así? -¿acaso serás tú el nuevo caminante dispuesto a sembrar? -¡Hay personas afuera esperando junto a ti, junto a tu camino! Esperando encontrarte, deseando algo mejor para sus vidas. Son gente que están deseando de ese fruto. No es difícil compartir esa valiosa semilla, solamente requiere que abras tu corazón y compartas con tus palabras de las bondades que ha hecho Dios en tu vida. Medita esto en tu corazón, ¿serás tú el próximo caminante? Dios lo sabe... Oremos juntos, Padre bueno, te doy gracias por este día, gracias porque puedo recordar cuántas cosas has hecho por mi y no quiero olvidarlo. Hoy quiero ponerme a tus pies Señor, te abro mi corazón, sé tú mi Señor y mi salvador. Reconozco que Tú moriste en esa cruz para darme vida. Gracias por haberme encontrado en el camino y revelarte a mí. Ahora te pido que se haga Tu voluntad en mi vida. Quiero ser un instrumento útil en tus manos. Quiero transmitir a otros lo que tú has hecho por mi. Quiero ser un caminante en esta vida que va sembrando su fruto para vida eterna. Lléname por favor de tu Espíritu y guíame Señor. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amen. Te amo, gracias. Lectura Para Avanzar: Todas las citas son en (RVR1960) a menos que se indique lo contrario
Oración para este mes: Oremos por las familias
Vamos a unirnos este mes para pedirle al Dios que hace posible, lo que parece imposible.. Padre bueno, me uno a esta oración por cada familia que conozco, que está en mi vida por alguna razón, el vecino, los amigos, mis hermanos, ......(pon el nombre de cada uno).............cada uno que conozco, y especialmente la mia. Los pongo en oración delante de ti y te pido que toques sus corazones y que cada uno de ellos te pueda conocer e incluir en sus vidas y decisiones. Te pido que cada familia vuelva a tener interés y le dé el valor a tu Palabra, para que descubran tu voluntad ahí. Se que eres un Dios bueno y nos amas, y sé que Jesus murió en la cruz por todo el mundo, no solo por mí, por eso te pido que así como llego a mi casa, llegue la salvación a sus casas. Te pido que nos ayudes a ser más unidos y a amarnos más. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús. 1 Timoteo 2:3-4 Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
1 Comment
|
AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
All
|