Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
Hola queridos amigos. En estos tiempos, con tanta comunicación, escuché un articulo que hablaba sobre gente viviendo en un país extraño a ellos. Decía algo así: “en la actualidad hay gente emigrando de un lugar a otro, por todo el mundo. Gente extranjera, que llegó a un lugar distante, abandonó su tierra, con todas las ilusiones de encontrar un bienestar. Pero las cosas parecen haber cambiado para ellos. Aún más, se habla de personas que quieren llegar a otros países buscando refugio; sin estar seguros si serán o no serán bienvenidos.” Mientras escuchaba todas estas noticias desalentadoras; vino tristeza a mi corazón, tan sólo de imaginarme lo que pueden estar sintiendo, todas estas personas. Me puedo imaginar, que puede ser muy difícil vivir en un país extraño, mientras se escuchan las "voces", que quieren infundir miedo, al que desea vivir en paz y salir adelante. Sin embargo, ¿qué nos enseña Jesús sobre esto? ¿qué podemos hacer, cuando se enfrenta una situación así? ¿Solamente abrazar el sufrimiento o el temor? ¿qué haría Jesus en su lugar? Mientras pensaba en todo esto. Fui a buscar al Señor. Entre en mi recámara y me senté cómodamente en mi sillón favorito. Después de unos momentos de leer la Palabra; Dios me llevó a leer algo que trajo mucha alegría a mi corazón. Encontré un pasaje que llamó mi atención respecto a esto. En esta escena, Jesús mismo estaba a punto de enfrentarse con una situación sumamente difícil, pienso que la más difícil en su tiempo terrenal. Ya que Él sabía, que unas horas más tarde, se iba a enfrentar a su propio arresto, a un juicio injusto y finalmente a la muerte. Sin embargo, en este pasaje se nos relata, que Jesus, precisamente sabiendo lo que venía; se dirigió a sus discípulos con palabras amables, y les dio una instrucción: “No se turbe vuestro corazón... Ellos no imaginaban todavía lo que pasaría; pero Jesús todo lo sabe y quería dejarles un mensaje corto, pero con mucho significado. “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” Al decirles estas palabras, puedo imaginar que Jesus les estaba queriendo decir, “aunque vienen tiempos difíciles, deseo que estén en paz, que no se turbe su corazón. No lleguen al punto de alarmarse. Confíen en mí, yo lo sé todo”. ¿Te imaginas? Jesus, a punto de enfrentar el sufrimiento y muerte. Les anima a ellos a mantener la calma. Esto es algo que hoy mismo nos podría estar diciendo a cada uno de nosotros; a todo aquel que se encuentre ante una situación difícil. Jesus nos dice hoy "no se turbe tu corazón, ni tengas miedo, pon toda su confianza en mí, yo estoy contigo”. Tal vez te preguntarás, ¿Y por qué nos diría esto? ¿qué acaso no puedo tener angustia o temor con todo lo que está pasando? Y te podría decir que si, sin embargo, con estas palabras de Jesus, veo claramente que el deseo de Dios, es que, aún en medio de cualquier dificultad, no nos domine el temor, ni nos gane el pánico; "ya que todas estas emociones, nos llevan a tomar malas decisiones". Querido amigo, tenemos que recordar que Dios, “es Dios en el cielo y en la tierra". Tenemos que recordar, que Él es bueno y su misericordia es para siempre. Que como un buen Padre, El escucha nuestras oraciones. A Dios no le sorprende que la gente cambie de país. Dios es un Dios de extranjeros. Dios, fue Dios de su pueblo en Egipto y fue Dios de su pueblo en Babilonia. El los cuidó todo el tiempo. Ahora, a nosotros nos cuida, como sus hijos, y extranjeros en esta tierra. Dios sabe donde estamos ahora mismo. El sabe todas las cosas. El cuida de nosotros como sus amados hijos. Solamente desea que pongamos toda nuestra confianza en El. Tenemos un ejemplo extraordinario del amor de Dios por su pueblo y de su protección hacia el, precisamente en la vida de Daniel, siendo un extranjero. Ésta es una historia fascinante. Leamos un poco sobre eso, Daniel en el foso de los leones (Daniel 6:1-28) Dice la escritura: Para el control eficaz de su reino, el Rey Darío consideró prudente nombrar a ciento veinte sátrapas y tres administradores, uno de los cuales era Daniel. Estos sátrapas eran responsables ante los administradores, a fin de que los intereses del rey no se vieran afectados. Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino... “Hasta aquí vemos el favor de Dios en la vida de Daniel. Al darle favor a los ojos del Rey. Pero enseguida, mira lo que pasa...mejor continuemos leyendo”... Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza. Por eso concluyeron: «Nunca encontraremos nada de qué acusar a Daniel, a no ser algo relacionado con la ley de su Dios». Formaron entonces los administradores y sátrapas una comisión para ir a hablar con el rey, y estando en su presencia le dijeron:―¡Que viva para siempre Su Majestad, el rey Darío! Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que Su Majestad debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea Su Majestad. Expida usted ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Así, conforme a la ley de los medos y los persas, no podrá ser revocado. El rey Darío expidió el decreto y lo puso por escrito. “Hasta aquí, vemos como unos hombres con autoridad, planearon algo, para deshacerse de Daniel. Pero su plan no saldría como lo planearon, veamos que pasó, continuemos leyendo”... Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló, y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día. Cuando aquellos hombres llegaron y encontraron a Daniel orando e implorando la ayuda de Dios, fueron a hablar con el rey respecto al decreto real: ―¿No es verdad que Su Majestad publicó un decreto? Según entendemos, todo el que en los próximos treinta días adore a otro dios u hombre que no sea Su Majestad será arrojado al foso de los leones.―El decreto sigue en pie —contestó el rey—. Según la ley de los medos y los persas, no puede ser derogado. Ellos respondieron: —¡Pues Daniel, que es uno de los exiliados de Judá (extranjero en esa tierra), no toma en cuenta a Su Majestad ni el decreto que ha promulgado! ¡Todavía sigue orando a su Dios tres veces al día! Cuando el rey escuchó esto, se deprimió mucho y se propuso salvar a Daniel, así que durante todo el día buscó la forma de salvarlo. Pero aquellos hombres fueron a ver al rey y lo presionaron: ―No olvide Su Majestad que, según la ley de los medos y los persas, ningún decreto ni edicto emitido por el rey puede ser derogado. El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel: ―¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte! Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de sus nobles para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser cambiada. Luego volvió a su palacio y pasó la noche sin comer y sin divertirse, y hasta el sueño se le fue. Tan pronto como amaneció, se levantó y fue al foso de los leones. Ya cerca, lleno de ansiedad gritó:―Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones? ―¡Que viva Su Majestad por siempre! —contestó Daniel desde el foso—. Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño,... “Guau!!! ¡Que historia tan maravillosa!, ¿no lo crees? Este es un rescate impresionante. ¡Que Dios tan bueno y poderoso tenemos.! Pero continuando con la historia de Daniel...” ...porque Dios bien sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad! Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios. Entonces el rey mandó traer a los que falsamente lo habían acusado y ordenó que los arrojaran al foso de los leones, junto con sus esposas y sus hijos. ¡No habían tocado el suelo cuando ya los leones habían caído sobre ellos y les habían triturado los huesos! Más tarde el rey Darío firmó este decreto: «A todos los pueblos, naciones y lenguas de este mundo: »¡Paz y prosperidad para todos! »He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel. »Porque él es el Dios vivo, y permanece para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio jamás tendrá fin. Él rescata y salva; hace prodigios en el cielo y maravillas en la tierra. ¡Ha salvado a Daniel de las garras de los leones!» Fue así como Daniel prosperó durante los reinados de Darío y de Ciro el Persa. "Ésta emocionante historia, es a la vez relevante a estos tiempos, ¿no lo crees así? Daniel era un extranjero, como hay muchos hoy en día por todo el mundo." "En la vida de Daniel, vemos que a diferencia de lo que se esperaba, salió vivo y sin un rasguño. Me dan ganas de gritar de alegría, ¡este es el Dios que tenemos!, ¡es un Dios vivo y poderoso, El cierra la boca de los leones. El está sobre toda autoridad y poderío. El tiene nuestro destino en sus manos. Y EL, querido hermano, ES NUESTRO AMADO PADRE!!!" ¿No es maravilloso el amor tan grande que tiene Dios por sus hijos, y por el desprotegido? Vamos, les animo a que dejemos el lugar del temor y el pánico; y regresemos al lugar que nos corresponde, al lugar de "hijos amados y protegidos por Papá". Pongamos nuestra confianza en Él. Si en estos momentos te encuentras con carga por el porvenir. Te invito a seguir el ejemplo de Daniel. Daniel no dejó que su corazón se turbara, el oró a Dios y puso su confianza en El. De igual manera, Jesus, que conoce tu corazón y situación. Nos dice, vengan a mí todos los que estén cansados, y yo los haré descansar. Oremos... “Padre bueno, gracias por recordarme que eres un Dios maravilloso, creador del cielo y de la tierra. Tu permaneces para siempre. Tu reino jamás será destruido, y tu dominio jamás tendrá fin. Tu rescatas y salvas; haces prodigios en el cielo y maravillas en la tierra. Y además, ¡eres mi Padre!. Hoy vengo ante ti, porque me he sentido muy angustiado y atemorizado con todas las noticias que se oyen. Tu conoces mi situación. Te pido que me cuides y libres de todo mal, así como cuidaste a Daniel del foso de los leones. Te rindo mi vida y pongo en ti toda mi confianza. Señor, por favor guíame por tu camino y muéstrame tu salvación. Te lo pido en el nombre de Jesus. Amen.” Lectura Para Avanzar: Todas las citas son en NVI a menos que se indique lo contrario. Veamos en su Palabra, esas promesas que nos muestran el corazón de Dios para el extranjero.
Sabes, tu oración puede cambiar la vida de una generación. Todos y cada uno de nosotros fuimos llamados por Dios para orar unos por otros, únete.
Oremos unos por otros
Vamos a unirnos y levantar nuestra oración como Su iglesia, como sus hijos, como su ejército: Padre bueno, me uno a esta oración por el actual Presidente de MI PAIS, así como por las personas que están en autoridad en el gobierno. Cada uno de ellos los pongo en oración delante de ti para pedirte que abras sus ojos y su entendimiento para conocerte mas, que les des un corazón que aprenda a deleitarse en tu Palabra, que tu Santo Espíritu les enseñe tu voluntad y les de Sabiduría de lo alto para gobernar con justicia y verdad. Se que eres un Dios bueno y nos amas, y sé que tu voluntad es que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. Por eso te pido que abras sus ojos para verte, sus oídos para escucharte y lleguen a conocer la verdad, de que por medio de Jesús tenemos salvación. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús. Amen. "PADRE, TU PALABRA ES VERDAD Y EN TI CONFIAMOS" Todas las citas son en (NVI) a menos que se indique lo contrario,
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
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AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
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