Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
Cuando Las Apariencias Engañan 1 Samuel 16:7 Hola querida familia y amigos, ¿Alguna vez has puesto tu confianza en alguien y te ha decepcionado? O por el contrario, ¿alguna vez has juzgado mal a una persona al conocerla? es decir, como cuando por primera vez conoces a alguien y sientes que te “cae mal” por la impresión que te da. Pero al paso del tiempo, te das cuanta que no era como pensaste ese día en que la conociste. ¿Cómo puedo saber que alguien podrá ser un amigo? O lo que es más importante, ¿cómo no malinterpretar o juzgar mal a una persona? Basado en lo que se dé el, o lo que me han contado. Permíteme platicarte una historia de la vida real que me fascina. Es un personaje que impacta, muy apuesto y valiente. Parece el personaje principal de una gran novela, o el príncipe de un cuento. Acertaste, se trata nada más y nada menos que de David, el famoso Rey David. Leyendo su historia, me impacta ¡Que sabiduría de Dios! al mostrarnos el cómo encontrar un verdadero amigo. Y sobre todo, como no caer en el error de juzgar equivocadamente a una persona, ya sea para mal o para bien. Dios nos enseña a través de la vida del joven David y futuro Rey, que El se fija primeramente en el corazón, antes que las apariencias. Y nos enseña que para conocer realmente a una persona. Se necesita mucho más que un primer encuentro, y aún más que solamente saber “quién es” esa persona. Aprendamos juntos, En 1 Samuel 16, La historia nos dice que eran tiempos en que el pueblo de Dios, Israel, se regía por medio de Reyes. Es decir, personas que eran elegidas y ungidas por Dios para gobernar como reyes a su pueblo. Precisamente en ésta parte de la historia, que leeremos a continuación, estaban a punto de ungir a un Rey, por medio del Profeta Samuel. Ese Rey gobernaría sobre Israel, y sería la persona escogida por Dios para ser el linaje donde nacería tiempo después, Jesus nuestro Salvador. Leamos lo que Dios le manda hacer al Profeta Samuel: Jehova le dijo: “Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere”. Entonces, “Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?” ”Él respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio.” Después de que el Profeta Samuel obedeció a Dios, mira lo que pasa, “Y aconteció que cuando ellos vinieron, él (el Profeta Samuel) vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido”. Aquí vemos, como el mismo profeta Samuel se dejó llevar por las apariencias y pensó que Eliab era el escogido para ser ungido. Sin embargo, Dios lo saca de dudas, “Y Jehová respondió a Samuel diciendo: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Continuando con la historia, mira todo lo que pasa antes de llegar a ungir al elegido por Dios, “Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos.” Isaí, el Padre de todos ellos, llevó a Samuel a cada uno de sus hijos, excepto a uno, que no se encontraba en ese lugar. Isaí los fue presentando frente a Samuel uno a uno; pensando lógicamente, que tal vez alguno de ellos podría tener los requisitos necesarios para ser el ungido. Quizás la apariencia, la edad, la experiencia o personalidad necesarias que lo hacían el escogido. Sin embargo, sólo Dios sabía quien era el adecuado para esa tarea. Y aún con toda la experiencia, edad o inteligencia, por cierto no era ninguno de ellos, el elegido por Dios. Continuemos con la historia, “Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.” 1 Samuel 16:3-4, 5-7, 9-13 RVR1960 En ésta parte, creo comprender que Samuel ya había oercibido el deseo De Dios, elegir conforme al corazón, no tan sólo por la apariencia exterior. Porque quizá David no era el más guapo, o por cierto no era el de más experiencia, ya que era el más joven de los hermanos. Sin embargo, como leímos anteriormente: “pero Jehová mira el corazón.” David si tenía algo que Dios miró, un corazón agradable a Dios. Pero, reflexionando un poco, ¿cómo llegó Dios a conocer tan profundamente el corazón de David? Es de suponerse que Dios lo debía conocer, puesto que El lo creó. Sin embargo, No fue solamente porque El lo creo que lo conocía, sino también porque ambos pasaban tiempo de convivencia juntos. Permíteme platicarte a lo que me refiero. Más adelante, continuando la misma historia, se nos dice que Israel estaba en tiempo de guerra, y entonces ocurre algo, leamos, “También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo, (casi 3 metros).” 1 Samuel 17:2, 4 RVR1960 Vemos que había entre los filisteos, un hombre gigante, Goliat, de Gat,¡imagínate! ¡con casi tres metros de altura! Me imagino que con esa estatura daría miedo. Y precisamente este hombre gigante los desafió, continuando la lectura, mira cómo les habla y los reta, “Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.” 1 Samuel 17:8-11 RVR1960 Como era de esperarse, al escuchar las amenazas del filisteo gigante, el pueblo tuvo mucho miedo. Sin embargo, alguien de entre todos, David, ese jovencito que Dios había escogido, pareció ver las cosas de diferente manera, porque mira lo que dice, “Y dijo David a Saúl(el Rey): No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.” 1 Samuel 17:32-37 RVR1960 Me encanta con qué valor y confianza David les dice, Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Puedo imaginar que tal confianza en Dios, se debía a que David platicaba con Dios cada día en su lugar de trabajo, mientras pastoreaba. Es decir, David le pedía ayuda a Dios y confiaba en Él porque había experimentado de manera continua, respuesta a sus oraciones. Cada vez que se enfrentaba con un león o un oso, Dios lo había librado. Con el paso del tiempo, se había desarrollado una relación profunda entre ambos. Tanto Dios como David habían hecho su parte para tener esa relación honesta. Después de un tiempo a solas en el campo, Ahora se conocían muy bien. Cuando David pensó en Dios para ayudarlo a vencer a Goliat, el sabía que podía confiar en el. Y cuando Dios escogió a David para ser Rey, El conocía su corazón. Y sabia lo que podía esperar de él. No perfección, sino un corazón dispuesto. (Prov. 17:3, Jer. 17:10) Que bella historia, y ¡cuanta sabiduría! Dios mismo nos enseña, que para juzgar justamente a una persona, no puede ser basado solamente en la primera impresión que nos da, o lo que sé sobre ella. Porque como dice el refrán “las apariencias engañan”. Para poder interpretar realmente el como es una persona, se necesita mucho más que mirar el exterior. Es necesario pasar tiempo juntos, convivir, platicar como amigos, apoyarse, para entonces descubrir cómo es esa perdona. Es decir, es a través del tiempo y la convivencia que se llega a conocer verdaderamente el corazón de alguien. Y es el corazón, lo que realmente te muestra como es. Como a mí me ha pasado, una vez conocí a una persona, la cual parecía ser muy amable, y por lo mismo me dio la impresión equivocada de que podía confiar en ella, sin embargo conforme pasó el tiempo, me fui dando cuenta con la convivencia, que tenía un corazón engañoso y que no era alguien en quien yo podía confiar. Sin embargo también me ha pasado al contrario, conocer personas que tal vez no son muy abiertas, sin embargo, al paso del tiempo, descubro el tesoro de una gran amistad. Esta historia me enseña, que nosotros como seres humanos, también podemos aprender a hacer lo mismo que Dios hace. No juzgar por las apariencias, sino más bien darnos la oportunidad de conocer a las personas realmente con el paso del tiempo y la convivencia, antes de tener una opinión sobre ellas. Si le damos tiempo y miramos bien, seguro descubriremos nuevas y valiosas personas con quien convivir y tal vez hasta crecer en amistad. Porque sabes, como dice el refrán “Las Apariencias engañan”. 😉 Que tengas una excelente semana!! Oración para este mes: Vamos a unirnos este mes para pedirle al Dios que hace posible, lo que parece imposible. Vamos a unirnos y levantar nuestra oración: Padre bueno, me uno a esta oración por cada matrimonio que conozco, que está en mi vida por alguna razón, (el vecino, los amigos, mis hermanos, ......pon el nombre de cada uno).............cada uno que conozco, y especialmente el mio. Los pongo en oración delante de ti y te pido que toques los corazones. De modo que cada uno pueda conocerte mas, e incluirte en sus vidas y decisiones. Te pido que cada una de estas familias vuelva a tener interés y le dé el valor a tu Palabra, para que descubran tu voluntad ahí. Se que eres un Dios bueno y nos amas, y sé que Jesús murió en la cruz por todo el mundo, no solamente por mí, por esto te pido que así como llego a mi casa la salvación; , llegue también a sus casas. Ya que esa es tu voluntad. Como esta escrito: Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. 1 Timoteo 2:3-4 Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús.
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
1 Comment
Kgimez
12/11/2017 09:38:51 am
Gracias por esa palabra realmente la necesitaba
Reply
Your comment will be posted after it is approved.
Leave a Reply. |
AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
All
|