Dios Habla tu Idioma

El otro día se encontraban reunidos compartiendo un cafecito dos queridos amigos, Freddy y Chely.
Freddy había ido a visitar a Chely a su casa, ya que ella se encontraba pasando una situación muy triste. Estaba muy angustiada porque había extraviado algo muy valioso para ella y no lograba encontrarlo.
Mientras platicaban en la sala de su casa, Chely le decía,

• Fíjate que me he sentido triste y con poca esperanza porque pienso que tal vez no recuperaré lo que se me ha extraviado.

Freddy le preguntó:

• ¿Acaso lo has buscado bien?

Y ella le contestó:

• Si, he invertido horas buscándolo.

El preguntó de nuevo,

• ¿Y has orado a Papá por ello?

• Sí, eso también ya lo hice, me puse a orar fervientemente, pero sabes, seré sincera contigo, -le dijo Chely con carita triste
• Cuando voy a orar, a veces me pasa que no estoy segura de haberlo hecho bien, porque al estar orando suelo preguntarme si habré orado con la palabra precisa, o si habre declarado la promesa exacta para mi situación, y al terminar mi oración me encuentro de nuevo pensando si le dije las palabras adecuadas a Dios o si realmente me di a entender. Creo en Dios y también creo en sus promesas, pero realmente no me siento segura si Él entiende mis palabras o no. A veces pienso que no hablo el mismo idioma que Dios, porque para mí en ocasiones no se como hablarle u orar a El.

Sorprendido de escuchar lo que su amiga le decía, y a la vez triste de ver la inseguridad con que ella oraba, Freddy se despidió y se fue pensativo a su hogar.
Iba de camino a casa caminando, cuando en medio de sus pensamientos le preguntó a Dios, ¿Por qué pasa esto?, ¿por qué una hija tuya tan preciosa, teme no haber sido entendida por ti?, ¿por qué dudará? si Tu la conoces bien.
como dice el Salmo 139:4
"Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí oh Jehová tú la sabes toda."
Ciertamente Padre bueno, tú conoces nuestro corazón y aún antes de tener la petición en la boca, todo lo sabes tú.
Padre, ¿Cómo podría ella saber que si la entiendes?¿cómo podría ella confiar que una oración a ti, dicha desde el corazón siempre es escuchada en el cielo?
Freddy se fue a descansar sonriendo mientras planeaba el día de mañana buscar nuevamente a Chely para transmitirle todo esto.
Fin de la historia.

Al igual que a Chely, a cualquiera nos puede pasar que pensemos que quizás no supimos expresarnos bien cuando se trata de pedirle a Dios lo que queremos. -No te parece? Sin embargo, eso no tiene que desanimarnos, porque la verdad es que Dios habla tu idioma personal, tu idioma es tu manera de orar a Él, y es tan sólo uno de la infinidad de idiomas que Él sabe, Él creó todos los idiomas, y no tan sólo eso, Él te creó a ti, su Amado hijo.
Cuando oramos a Papá, Él sabe entender nuestras palabras porque Él las lee a través de nuestro corazón no del idioma o la manera que lo hablemos. Cómo está escrito,
"Porque tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el vientre de mi madre." Salmo 139:13.

Veamos el caso de Ana. Ella es una mujer quien oró a Dios para que le concediera el milagro de un hijo.

"Mientra ella oraba así, reiteradamente.... Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios y su voz no se oía, y Elí la tuvo por Ebria" Samuel 1:12-13

Ana se encontraba orando de tal forma, que su oración parecía un murmullo que solamente ella y Dios podían escuchar, ¡era tan bajito!, que el mismo Sacerdote Elí, al verla así, que sólo movía sus labios pensó que estaba ebria. No sabiendo que ese murmullo que venía directo de su corazón le iba a conceder su petición; ya que estaba llegando al cielo como voz de trompeta y estaba moviendo ángeles para traer su anhelada respuesta, bendecir el fruto de su vientre.

• Cuando Ana oró, tal vez ni siquiera ella misma podía escuchar su voz, pero ciertamente sí sabía lo que su corazón quería pedir a Dios. (Encontramos su historia en 1Samuel 1:1-18)

Veamos a David, un hombre conforme al corazón de Dios (hechos 13:22) dice el Salmo 4:1 que en esta ocasión, el se levantó muy de mañana a cantarle al Señor y le dijo así: "Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia, cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar, ten misericordia de mí y oye mi clamor". Continuó platicando con música en su corazón, y terminó de cantar diciendo, "porque tú Jehová me haces vivir confiado". Mostrando con estas palabras, que su confianza estaba en Dios, sabiendo que Él lo había escuchado.

• El Rey David, cuando levantó su canción a Dios, no se fijó si rimó o desentonó, pero seguro si sabía la intención de su corazón.

Vemos a Jesus, enseñándoles a sus discípulos el ejemplo de cómo orar, y vemos que inicia de su corazón y sabiendo su posición al decirle "Padre Nuestro... mostrándonos el lugar que nosotros también tenemos ante Dios, ese lugar de hijos, donde Él siempre nos escucha.

• De Jesus aprendo, que Él oró en todo lugar. Algunas veces con tristeza y dolor como en getsemaní, otras más con dedicación, como cuando se retiraba al monte a orar sólo. Lo que queda en mi corazón es ver la confianza que nos muestra Jesus de saberse "hijo", de que no importando el lugar, la hora o la ocasión, él se sabía escuchado y comprendido por su Padre.

Estimado amigo, ya sea que al orar clames con ferviente voz, llores de madrugada, cantes mientras te bañas, susurres o aún medites en tu corazón, finalmente el estilo de tu oración, eso lo eliges tú, ya que tú eres único y muy especial. ¡Así te creo Dios! 

Esa oración que sale de tu corazón, será tu propio idioma para hablar con Papá. Porque sabes, cuando oramos, Dios ve nuestro corazón, no el idioma de la oración.

El conoce la intención de nuestras palabras, sean sólo palabras que parezcan un murmullo, o sean gritos de alabanza. Sean promesas declaradas con mucha fuerza, o sean el clamor convertido en llanto. Sea cual sea, Dios entiende y conoce la intención de tu oración (1 Samuel 16:7).  Esto nos anima para orar sin dudar que El nos comprende,

Por otro lado, no sé si al igual que Chely, tu tambien has extraviado algo, tal vez es algo sencillo para ti como las llaves de tu carro o tu cartera, tal vez es algo más importante, como tu trabajo o ese bono que esperabas que nunca llegó; o tal vez es algo realmente de más valor, como la amistad con un buen amigo o quizás el amor por tu esposa, no lo sé, pero Dios sí lo sabe todo, por eso, te invito hoy que te acerques a platicar con Él, sin temor a no ser entendido, sin temor a usar las palabras o las promesas equivocadas, solamente ábrele tu corazón y acércate a Él como lo haría un niño aprendiendo a hablar, confiado de que Papá, entenderá perfectamente su sentir y sus palabras.
Él conoce lo que intentas decir aún antes de estar la palabra en tu boca, porque sabes, Dios habla el mismo idioma que tú, el del corazón.

Si no sientes la confianza o no tienes las Palabras, ¡vamos, oremos juntos!

“Padre bueno, hoy vengo ante ti con la confianza de saber que verdaderamente si me escuchas y que puedes leer mi corazón. Sabes, me gustaria aprender a platicar contigo en todo momento, a expresarte con mis palabras todo lo que deseo decirte. Ayudame por favor. Hazme sentir tu presencia y tu cuidado sobre mí vida. Quiero conocerte más como un Padre y como un amigo.
Hoy te abro mi corazón sinceramente y te invito a venir a mí vida. Te doy gracias por mandar a tu hijo Jesucristo para morir, resucitar y así pagar por todos mis pecados. Perdoname Padre, se que te he ofendido, perdono también a todo aquel que me haya ofendido. Te reconozco como mi Señor y único salvador. Gracias por amarme tanto. Por favor háblame, revélate a mí cuando lea tu Palabra, te lo pido en el nombre que es sobre todo nombre, Jesus. Amen”

Oración especial por las mamas

Lectura:  (Todos los versículos son en LBLA, a menos que se mencione lo contrario)

• Hebreos 4:16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
• Salmos 103:20 Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato, obedeciendo la voz de su palabra.
• ​1 Samuel 16:7    Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como[a] el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón.
• Salmos 51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás.
• Hebreos 11:6 Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan.

Oración especial por las mamas:
Vamos a unirnos este mes para creerle y pedirle a Nuestro Padre, ese maravilloso Dios que hace posible lo que parece imposible. Vamos a unirnos y levantar nuestra oración como Su iglesia, como sus hijos, como su ejército:

"Padre bueno, me uno a esta oración por mí y por cada mamá que conozco......... (nombra cada una de las que quieras poner en oración). Me uno a cada persona que está levantando esta oración a ti, te pido que nos des la sabiduría para ser esas madres que saben dirigir a sus hijos por tu camino. Te pido que nos des la fuerza, y cada don necesario para que tu voluntad sea hecha en nuestras vidas, así como en la de nuestros hijos. También te pido por cada mujer que anhela ser madre, (.....nombrarlas) para que tu bendigas su vientre y puedan tener los hijos que tú planeaste para ellas. Tu eres bueno y te complaces en bendecirnos. Como dice en tu Palabra. Gracias por tu amor y tu bondad. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesus.  Amen."

         "PADRE, TU PALABRA ES VERDAD Y EN TI CONFIAMOS"

• Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:19  (LBLA)
• Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.  Santiago 1:17 (LBLA)
• Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5 (LBLA)
• Bendito el fruto de tu vientre, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el aumento de tus vacas y las crías de tus ovejas. Deuteronomio 28:4   (LBLA)