Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
El Nido Vacío"El Nido Vacío." Éste nombre es un término que le suelen dar los expertos en la materia, a la serie de sentimientos que se tienen durante el periodo de tiempo cuando los hijos salen del hogar. Comúnmente cuando los jóvenes cumplen su mayoría de edad. Según los expertos, algunos de los síntomas que pasan los papás en esta temporada, pueden ser una sensación de tristeza, enojos, soledad y hasta depresión. Permíteme contarte sobre mi experiencia. Mi esposo y yo nos casamos hace ya 29 años. En este año, el 6 de mayo, cumpliremos 30 años de casados. Imagínate!! Ha sido un largo recorrido. Podría decir, que a excepción de unos pocos años al inicio de nuestro matrimonio, los cuales fueron muy difíciles, hemos sido gracias a Dios muy felices. (Puedes leer toda la historia en mi 1er libro, "3 Importantes Tips Para Un Matrimonio Feliz). Tuvimos tres hijos. Ellos nos dieron una gran felicidad cuando nacieron. Sin embargo crecieron mucho más rápido de lo que esperábamos, hahaha, no que hayan crecido como pastel con royal; más bien lo que quiero decir, es que nos sorprende ver cuán rápido pasa el tiempo. Si! El tiempo no se detiene, ¿cierto? Hace apenas tres años, se casó mi hija; a los pocos meses se casó mi segundo hijo. Ya pasaron dos años y ahora este mes salió del hogar el más joven de los tres. El también voló para dejar el nido vacío. Hablando sobre eso, la semana pasada hubo unos días en que me sentí así; como con el nido vacío. Caminando en la casa de un lado para otro sin encontrar mi lugar. Recuerdo que era por la mañana cuando baje para tomar el desayuno, y empecé a tener esa impresión. Una sensación rara, de que algo faltaba. Me sentí con un poco de tristeza, un poco de melancolía y un poco de soledad. Todo a la vez! Me preparé mi desayuno, y mientras lo hacía, empecé planeando lo que iba a hacer en el día, pero cuando menos me di cuenta me encontré reflexionando en la sensación que tenia. Pensé en ¡cómo extrañaba a mis hijos! Me enfoque en la nostalgia que sentía de ver mi mesa de la cocina, que en otro tiempo estaba llena de gente comiendo y platicando, ahora vacía. Entonces creció un poco más la tristeza. Trate de hacerla a un lado y me senté a desayunar. Sin embargo, la sensación seguía aun. Y le pregunté al Señor. -¿Cómo podré sentirme diferente? -¿Cómo recuperar la alegría aunque mis hijos no estén aquí? Cuando estaba terminando de desayunar, tomé mi cafecito y me acerqué mi Biblia. Tenía muchas ganas de ver que me diría el Señor. El sabía bien como me estaba sintiendo y lo que había estado pensando. Antes de abrir mi Biblia, le dije, -Señor, háblame por favor, dame consuelo, quiero entender tus caminos y sentir alegría otra vez. Entonces empecé a leer. Al hojear la Biblia, mi vista se dirigió inmediatamente hacia el libro de Eclesiastés 3:1-8 (NVI) donde nos dice esto: Todo tiene su tiempo. Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir. Un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar. Un tiempo para morir, y un tiempo para sanar. Un tiempo para destruir, y un tiempo para construir. Un tiempo para llorar, y un tiempo para reír. Un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto. Un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas. Un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse. Un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir. Un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar. Un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser. Un tiempo para callar, y un tiempo para hablar. Un tiempo para amar, y un tiempo para odiar. Un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz. Mientras lo leía, empezó a venir su paz a mi corazón, era Dios haciéndome sentir su Presencia y entonces lo entendí. Creo que la situación con el famoso llamado “nido vacío” es que cuando te casas, te casas enamorado; y quizás sueles imaginar en que trabajarás; la casa que tendrás; cuántos hijos vendrán, y una serie de cosas más. Sin embargo, yo creo que nunca nos ponemos a meditar, que todo tiene su tiempo bajo el sol. Y que habrá un momento en que los hijos crecerán, iniciarán su vida independiente y Dios mediante su propia familia. Un tiempo que hasta cierto punto es raro, porque aunque los hijos si dejan de ser niños, nosotros no dejaremos jamás de ser padres. Creo que a veces, precisamente esa parte nos sorprende cuando llega. Aunque en cierta forma, pienso que debería de alegrarnos ver que nuestros hijos vuelan fuera del nido. ¿O no fue acaso siempre nuestro deseo verlos salir adelante y forjar su futuro? Entonces, no debiera sorprendernos que el tiempo se llegó. Sino más bien, llenarnos de esperanza. Porque si realmente están listos para iniciar una vida nueva fuera del hogar, esto quizá quiere decir que después de todo hemos hecho un buen trabajo. La vida familiar, cuando se tiene armonía, con la ayuda de Dios, se va llenando de buenos momentos. Cada momento disfrutado es algo que ya está atesorado en nuestro corazón y nada nos lo puede quitar. Son memorias que guardamos en lo que llamo “el baúl de los recuerdos”. Y que están ahí, para que podamos ir y sacarlos para disfrutar de ellos. Al recordar, nos alegraremos viendo ¡cuántas bendiciones nos da Dios cada día! Además, si lo pensamos bien, la verdad es que nos quedan mucho más momentos por compartir y recuerdos por construir. Ya que esta nueva temporada de la vida, nos da la oportunidad de seguir creciendo, como individuos. Tal vez es el tiempo ideal para iniciar algún estudio que habías dejado cuando empezaste a criar a tus hijos. O de desarrollarte en algún arte que has anhelado; es decir, poner a trabajar algún talento que tienes guardado. O quizás simplemente es la ocasión para cuidarte más. Aunque por otro lado, creo que también es el tiempo perfecto para valorar y cuidar la parte romántica con tu pareja. ¡Como si fuera otra vez el noviazgo! Después de todo tendremos mucho tiempo a solas. Es cuando puedes aprovechar para experimentar esas cenas románticas que terminan hasta la madrugada, o esas largas caminatas que quizás solían hacer antes de casarse. Jorge y yo, creo que nunca hemos dejado de sentirnos como novios, o disfrutar de una cena romántica. Sin embargo, la temporada de crecimiento de nuestros hijos requería más atención a ellos. Ahora es quizás el mejor momento para tener el cuidado el uno del otro, y compartir y disfrutar las cosas que al otro le gustan. Ese compartir diario de diferentes acciones y decisiones, con una buena actitud, ¡es lo que te trae bendiciones! Es seguir creando bellas memorias para continuar llenando el baúl de los recuerdos. Después de todo, estas y muchas cosas más, son las que van formando una relación placentera, una relación que realmente le da valor y alegría a tu vida. ¿No lo crees así? Como lo dice mas adelante en Eclesiastés 3:9-13 (RVR 1960). De nada sirve afanarse ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva; y sé también que es un don de Dios que el hombre coma o beba y goce el bien de toda su labor. Después de leer este pasaje continué buscando y el Señor me llevó a otra Palabra que me trajo lo que yo le había pedido; un gran consuelo en medio de mi situación y verdadera alegría. “Ciertamente, Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque” . Isaías 55:12 (NVI) Es cierto, todo tiene su tiempo debajo del sol. Tiempo de tener casa llena y tiempo de tenerla vacía. Pero Dios es fiel y sus promesas se cumplen, su Palabra es verdad. Por eso es que puedo confiar, que en todo tiempo somos conducidos con alegría y Su paz nos conduce, ¡aún con el nido vacío!. La verdad es que Dios no nos deja, y su deseo es que tengamos paz y alegría en todo tiempo. Porque a decir verdad, ¡nuestra vida no ha terminado! Esto es simplemente un cambio de temporada. Es el inicio de otra gran aventura. Terminamos una para iniciar otra. Tuvimos una temporada en la que criamos una hermosa familia. Una familia que ama al Señor. Y eso es nuestra mayor alegría!!! verlos crecer en sus caminos. Ahora iniciamos otra temporada, con una bendición enorme. Lo que Dios llama: “nuestra corona”. Si, nuestro primer nieto. ¡Que grandes alegrías tiene el Señor para nosotros! Cuando abrimos nuestros ojos y meditamos sobre ello, realmente ¡cuantas bendiciones tiene Dios para cada uno de nosotros!. Porque cada temporada de nuestra vida tiene un cuando y un porque. Cada una de ellas, si lo sabes observar, tiene diferentes cosas para sembrar, y después de un tiempo cosechar. Momentos que aprovechar y momentos para atesorar. Por esta razón, querido amigo. Si al igual que yo, esta es tu situación. Bueno nos es disfrutar y apreciar cada día. Agradecer a Dios e ir haciendo paso a paso, muchas más valiosas memorias para el baúl de los recuerdos. Porque todavía hay mucho por vivir!! Oremos juntos, Padre bueno, gracias por la oportunidad de vivir y tener familia. Gracias por mi pareja y cada hijo que nos has dado. Gracias porque tu mismo diste a Jesús en rescate por mí, aun sin merecerlo. Perdóname Padre todas mis faltas y el que a veces no valoro el tiempo familiar. Dame sabiduría para formar momentos que sean buenos recuerdos y sobretodo para llevar a mi familia en tus caminos. Te entrego mi vida. Por favor guíame y ayúdame a conocerte más y mas cada vez que lea tu Palabra. Todo te lo pido en el nombre de Jesús, amen. Lectura Para Avanzar: Todas las citas son en NVI a menos que se indique lo contrario
Oración para este mes, Oremos por las familias.
Vamos a unirnos este mes para pedirle al Dios que hace posible, lo que parece imposible. Padre bueno, me uno a esta oración por cada familia que conozco, que está en mi vida por alguna razón, el vecino, los amigos, mis hermanos, ......(pon el nombre de cada uno).............cada uno que conozco, y especialmente la mía. Los pongo en oración delante de ti y te pido que toques sus corazones y que cada uno de ellos te pueda conocer e incluir en sus vidas y decisiones. Te pido que cada familia vuelva a tener interés y le dé el valor a tu Palabra, para que descubran tu voluntad ahí. Se que eres un Dios bueno y nos amas, y sé que Jesús murió en la cruz por todo el mundo, no solo por mí, por eso te pido que así como llego a mi casa, llegue la salvación a sus casas. Abre nuestros ojos para valorar a cada persona que esta en nuestra familia y el tiempo que pasamos juntos. Ayúdanos a ser mas unidos y a amarnos de verdad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amen. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesus.
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
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AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
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