Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
La dieta perfecta : 2 Corintios 12:9 La Biblia tiene tesoros escondidos y secretos bien guardados que tú puedes descubrir día a día. Isaias 45:3 Uno de ellos me gustaría compartir “La dieta perfecta” 2 Corintios 12:9 Que lindas las Fiestas y las Posadas Navideñas, tantos regalos, calurosos abrazos, el compartir con la familia y auch!!!, esas comidas deliciosas que parece un pecado no comerlas. Que los tamales, el pozole, las papuchas, el panettone, la picana, el pavo relleno, los buñuelos, la yuca al mojo, las torrejas, el cerdo horneado, el lechón, la ensalada navideña, el pastel envinado, los churros con chocolate, el atole, en fin, no acabaríamos con tantos ricos platillos y postres de la temporada. Pero después de toda esa comilona, que ganas también de perder el peso ganado y la conciencia tranquila por comer tanto. Cierto? Sobre todo después de esta época del año, te ha pasado que has querido ponerte a dieta, cuidarte y fallas? a mí sí. Pero sabes, esa a sido una situación que viví por varios años, permíteme compartirte lo que me paso: Desde muy pequeños, mi papa nos decía y con su ejemplo nos lo mostraba, la importancia de cuidar la salud, aunque en realidad el nos decía que era importante cuidar 3 áreas de tu vida: física, espiritual e intelectual, y aunque creo que fui muy influenciada en el área de la salud, una cosa es saberlo y otra muy diferente es hacerlo. Déjame te platico: Hace unos años fuí a un congreso de mujeres, me gusta mucho ir cada que puedo y aprender. Y recuerdo que una mujer Americana compartió muy hermoso sobre el tema del rechazo, la escuche y terminó su plática, cuando al final se acercó a mí,; me preguntó mi nombre y me dijo que durante la plática me miraba y sentía en su corazón decirme algo, que tenia una Palabra de parte de Dios para mí. Como si creo en los dones, la escuche y tome la Palabra. (1 Corintios 12:28) Recuerdo que ella me dijo: “Dios te esta alertando que el enemigo te quiere destruir en tu salud.” Se pasó el tiempo, ore a Dios al respecto y quede preguntándome- como sera, como ira a ser eso? Y lo olvide por un tiempo. Pasaron los meses y así pasó: En un tiempo, sin razón aparente empecé a tener una "preocupación" por comer saludable. Pero les hablo de una preocupación que llegaba a ser un afán y ansiedad por comer bien. Y todo el tiempo antes de comer, me preguntaba si sería nutritivo o no lo que comía, y como la verdad no estaba segura si me alimentaba bien, decidí informarme que era mejor para mí, con la intención según yo de aprender a alimentarme bien. Entonces empecé un caminito que duró varios años, fui con diferentes nutriólogos, para aprender sobre los tipos de alimentación, que si la de las combinaciones, que si la vegetariana, que si la mediterránea, o la de contar calorías, etc Empezó a captar mucho mi atención el conocer cuántos tipos de alimentación hay, claro, el ir con cada nutriólogo fue bueno, todo obra para bien, y aprendí cosas que no sabia. Pero sin embargo, se empezó a convertir en una carga para mí, el querer siempre comer cosas buenas para la salud o que no engordaran, y digo una carga, porque realmente no disfrutaba el momento de compartir la comida por estar cuidando ¡que comía! A veces salíamos a comer a algún restaurant y me acuerdo que me cuestionaba mucho en mi mente, -comeré pescado que la verdad no se me antoja, o comeré algo que si se me antoja más pero no es tan bueno?, y terminaba comiendo el pescado pero sin disfrutar de la compañía. Poco a poco se fue convirtiendo en una preocupación tal para mí el mantenerme en “línea”, el cuidar la salud y comer “bien” que hasta empecé a tomar tés para adelgazar. Fue cuando caí en cuenta, que estaba exagerando, eran buenas intenciones, pero a dónde me estaba llevando esto, a poner en riesgo mi salud? No sabia como hacerlo, pero quería cuidarme sin preocuparme. Así que yo solita me impuse la regla de comer solo cosas de provecho y punto; ya no importaba si se me antojaba o no, -al fin y al cabo tenia dominio propio-, pensaba yo. Entonces, empecé a notar que duraba todo el día con la buena intención de cuidarme, cumpliendo la regla que me había impuesto, pero cuando se llegaba la noche, comía en exceso a solas y me sentía muy mal, me culpaba por no tener dominio propio, y pasaban los días y de nuevo durante el día comía bien pero ya por la tardecita otra vez a comer en exceso. Entonces, no sabiendo que me pasaba, fui a buscar al Señor y le dije -Porque, aunque se que tengo dominio propio algunos días lo logro, y otros no? - Porque aunque ahora se lo que me conviene comer, caigo de nuevo? Y el Señor me llevó a leer una cita y hablo a mí corazón: “- Hija. la ley produce castigo, (Romanos 4:15) me decía, no has podido lograrlo porque tu cuerpo sigue lo que tu carne te inspira a hacer, y al imponerte algo como una ley, esto te produce rebeldía. Mira, cuando tu te dices “no comas esto”, tu carne siente rebeldía, y yo no te he llamado a esclavitud, sino a libertad, a una libertad en la que comprendes que no todo lo que te es permitido, te conviene, como está escrito: “Todo me está permitido, pero no todo es provechoso; todo me está permitido, pero no todo edifica.” Comprendí que puedo hacer muchas cosas, pero que no todo lo que puedo hacer, es bueno para mí. Y me dije: Laura, Es mejor hacer las cosas por sabiduría, así que no me lo voy a imponer como una ley, sino que solo lo haré por mi propio bien. Pero la historia no termina ahí... Pasaron semanas y sin embargo, aunque lo lograba por varios días, de nuevo me pasaba que volvía a comer de más, y hacia exactamente lo que ya sabia que no me conviene, solita me ponía a comer de más y después me alcanzaba la culpa y me decía -porque lo volví a hacer? Viéndome así, fui de nuevo a buscar al Señor y le pregunté: -Porque aunque se lo que me conviene, y se que tengo que hacerlo por mi bien, sigo y sigo cayendo? Entonces me llevó a leer una cita que impacto mí corazón: Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en tu debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9 (RVR1960) Entonces comprendí que no tan solo necesito al Señor para que me proteja, me provea, me abrace, me ayude y me enseñe, sino que entendí que lo necesito para todo, absolutamente para todo y recordé que su poder es más grande que cualquiera de mis debilidades. Al comprender, le confesé: Padre, reconozco que soy débil, porque entre mas me propongo comer bien, mas hago lo contrario, entre más me quiero cuidar y comer cosas buenas para mí salud, más llego a comer lo que se que no es bueno para mi cuerpo y me siento muy mal y me dura la culpa un rato, hasta que vengo y te digo, Ay Señor. perdóname por favor, otra vez caí. pero hoy quiero avanzar, no quiero seguir así, quiero depender de ti completamente, para poder cuidarme sin estarme preocupando, quiero depender de tu GRACIA y de tu poder para hacerlo con sabiduría.... Y no pasaron tan solo algunos días cuando el Señor empezó a tratar conmigo, a mostrarme lo que es vivir en libertad, en ese depender día a día y a cada momento tan solo de El, en ese conocer de su GRACIA, viviendo así, sabiendo que su GRACIA es suficiente, sabiendo que su poder me sostiene en mis debilidades. Y Que no es por mi, que es por El; Al seguir Dios tratando conmigo, empecé a comprender más claramente las cosas que hacia y porque lo hacia, era por angustia, o por ansiedad o por esa rebeldía que produce la ley cuando te dices "no lo Hagas" e inconscientemente lo quieres hacer más. (Romanos 7:18-19) Ahora cuando quería volver a caer le decía: “Padre, me basta tu GRACIA, porque tu poder se perfecciona en mis debilidades". Y cada vez que lo hacia, podía sentir como esa ansiedad, esa rebeldía que quería hacerme abusar de la comida, se iba solo por la gracia de Dios. Me empecé a sentir contenta y confiada cuando de nuevo empecé a caer en comer de más, entonces fui de nuevo a buscar al Señor buscando una respuesta y me llevó a una cita preciosa y me pregunto: -" Laura, quieres vivir con éxito un día o todos los días? El verdadero éxito es, como está escrito: "...Acciones sabias, bien ejecutadas" (Eclesiastés 10:10) Entonces le conteste, - Si Padre, quiero aprender y vivir cada día en esa libertad, tomando acciones sabias; y entonces descanse en Él. Al estar caminando de esta manera por meses, comprendí que estaba usando la libertad que tenemos para escoger no solo lo que me es permitido, sino lo que más me conviene, ya fuera para alimentar mi cuerpo, como para muchas otras cosas. Aprendí paso a paso como comer mejor sin afanarme, a veces planeaba las comidas para la semana, o cuando no lo planeaba, simplemente me preguntaba: -que tengo para comer, como lo preparo rico y saludable? Y te diré que no todo ha sido arroz sobre hojuelas, sino que con Su Gracia, a través de todos estos años he aprendido a tomar mejores decisiones y a caer menos. Y cuando he caído, siempre recuerdo que puedo venir a El y decirle: Padre, me basta tu GRACIA, perdóname y ayúdame en mis debilidades. El vivir esto me ha enseñado varias cosas:
Si tu alguna vez te has sentido como te platique, o tal vez sientes que necesitas de su ayuda en cualquier debilidad, por favor acompáñame a orar a Papa: Oración: Padre bueno, reconozco que soy débil, porque entre mas me propongo hacer lo bueno, mas débil soy y hago lo contrario, perdóname por favor, otra vez caí, pero hoy quiero avanzar, no quiero seguir así, quiero depender de ti completamente, quiero depender de tu GRACIA y de tu poder para tomar decisiones sabias, ayúdame por favor. Hoy te reconozco como mi Señor y mi salvador y te invito a vivir en mi corazón. Te pido que me llenes con tu Espíritu Santo y me enseñes a conocerte mas, cada vez que lea tu palabra. Te lo pido en el nombre de Jesus. amen. Lectura:
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
1 Comment
ylda muñoz vazquez
3/2/2016 04:30:00 pm
me es de mucha bendicion recibir este alimento espiritual, gracias por compartir.
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AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
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