Ven a refrescar tu matrimonio en el amor de Dios!
"Luces En Movimiento" Cuando era una niña, en una etapa de mi vida, viví en una casa muy grande con muchos cuartos. Esa casa la había construido mi papá, muy al estilo mexicano, con paredes de ladrillo, con techos altos, y cuartos grandes pero a la vez muy fríos. Y precisamente en esa casa, me pasó esto que te voy a contar. Yo tenía como siete años de edad, cuando empecé continuamente a tener un mismo sueño, o más bien diría, pesadilla. En el sueño había un laberinto muy grande con muchos caminos. Yo me encontraba ahí y corría dentro de sus caminos, buscando una salida, buscando el camino que me llevara al final. Corría y corría, y cuando llegaba a un camino sin salida, me regresaba buscando de nuevo el verdadero camino que me sacara de ahí. Y recuerdo que mientras corría, durante todo el sueño, me perseguían diferentes pequeños personajes como de caricatura, que tenían la forma como de un pequeño demonio formado de fuego, con su trinchero en la mano. Después me despertaba, con una sensación de cansancio y tristeza. A veces pensaba que ese sueño venía inconscientemente a mi, llevado por el mismo temor, que desde niña me inculcaron cuando me decían: "si te portas mal, va a venir el coco”. Si te portas mal, te va a jalar los pies el diablo en la noche”. Y aunque solamente era una niña; como yo bien sabía, me portaba mal y hacía travesuras. Por lo que pienso, que mi conciencia inconscientemente, (valga la redundancia) me llevaba a soñar esto. Era un continuo soñarlo. Creo que realmente me sentía culpable. Dentro de mí, sentía que no era una niña buena, porque desobedecía a mis papas, mentía, peleaba en la escuela y más barbaridades. En fin, hacia cosas que yo bien sabía que estaban mal, y aun cosas que me daba pena contar a cualquiera. La verdad era muy traviesa. Conforme fui creciendo, esta manera de ver las cosas, creo que en parte afectó mi relación con Dios; porque a veces me imaginaba un Dios que me castigaba; o me imaginaba que Él estaba continuamente enojado conmigo, cada vez que me portaba mal y hacía travesuras. Eso provocaba que muchas veces me sintiera como en el laberinto del sueño, persiguiéndome mis errores, sin un camino derecho, fácil o directo que me llevara a la salida. Me hacia sentir, a veces confusa, atemorizada y sin saber cómo acercarme a él, a Dios. Porque realmente no lo conocia. Me sentía lejos y sin poder encontrar el camino que me acercara a El. Me sentía “perdida”, y “desaprobada”. Recuerdo que después fui creciendo, y las personas mayores en mi familia ya no me hablaban más del “coco o el diablo” solamente me decían con voz amenazante, "más vale que te portes bien" pero eso, no provocaba en mí un deseo de acercarme a mis padres o de portarme mejor; al contrario, lo que provocaba era ponerme a pensar cómo hacer más inteligentemente mis vagancias; pensando que los podía engañar, aunque muchas veces no era así. La vida continuó, y ese sueño me persiguió por muchos años, siempre de la misma manera, yo corriendo dentro de un gran laberinto, mientras me perseguian varios “demonios con su trinche”. Ellos me asustaban y trataban de alcanzarme, para impedir que encontrara el camino y poder salir de ese laberinto. Siempre que lo soñaba, todo el tiempo mientras corría era angustiante, y me despertaba con un sentimiento de temor, tristeza y soledad. Como alejada de Dios. ¿Te identificas conmigo? ¿te has sentido en alguna manera así, lejos de Dios? Solo, tal vez preguntándote si ¿habrá un camino, una manera fácil para acercarte a Él después de tantos errores pasados? Es como si inconscientemente, supieras que no eres suficientemente bueno como para reconciliarte con El y ser aceptado. O tal vez simplemente, no tienes las palabras adecuadas para encontrar el camino a su corazón. Sabes, no eres el primero ni el único en sentirse así. La verdad es que no hay un sólo hombre lo suficientemente bueno. La misma palabra de Dios lo dice, de alguna manera u otra, todos hemos pecado. * Sin embargo, Dios en su inmenso amor por la humanidad, hizo un camino directo para llegar a El. Un camino fácil y abierto para todo el que desee acercarse a su corazón. Aprendamos juntos... En el tiempo en que Jesús estuvo en la tierra, también se encontró con personas angustiadas; personas llenas de culpas por sus pecados y errores; ¡personas con un pasado!, que no sabían sobre su futuro, ni conocían un camino para llegar a Dios. En Juan 14, Jesús precisamente les estaba hablando a un grupo de personas angustiadas y preocupadas por su futuro y les decía: »No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy y se los preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy». Hasta aquí Jesús les había explicado, que había un lugar para ellos esperándolos en el cielo. Una casa que El mismo preparó. Y les decía: “ustedes ya conocen el camino a donde yo voy”. Pero bueno, como tal ves tú mismo te estarás preguntando, ¿cuál es ese camino? Eso exactamente es lo mismo que uno de ellos se preguntó, y por cierto no se quedo con la curiosidad ni se quedó callado. Continuemos leyendo: Dijo entonces Tomás: ―Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino? ―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto. Guau!! Aquí Jesús afirma algo impresionante, “yo soy el camino” es decir, realmente les estaba diciendo, “hay un camino para llegar” y no se trata de un camino físico, sino de una persona, Jesús, Dios mismo. Y no tan sólo eso, sino que con esta afirmación, Jesús mismo estaba diciendo que Él es el Padre y el Padre es en El. Al decir, “nadie viene al Padre, sino es por mí”. Pudo decir, “nadie va al Padre”, sin embargo, dijo: “nadie viene al Padre”, refiriéndose a Él mismo. Reafirmando que el Padre y Jesús son uno. Pero entonces, todavía con sus dudas, Felipe le responde: ―Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta. Entonces Jesús le vuelve a decir y le explica: ―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras. Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos créanme por las obras mismas. Es cierto querido amigo, Jesús mismo nos lo dijo: Él es el camino para llegar al Padre y no hay otro. La verdad es que nuestra alma fue creada para tener una relación con Dios, nuestro creador, y cuando esto no sucede, nos sentimos alejados, perdidos, y sin esperanza. Con la sensación de estar en un laberinto sin salida. El asunto no es religión, sino relación. ¡Necesitamos a Jesús, El es el camino!. Se necesitaba un camino para que pudiéramos volver a Dios, porque como dice la Palabra, nuestros pecados nos habían alejado de El*. Sin embargo, ahora tenemos un camino abierto por medio de su sacrificio. Porque Jesús es el Único que dio su vida en rescate por ti y por mí aunque no lo merecíamos. El es el único que fue capaz de venir a morir en esa cruz y pagar por todos y cada uno de nuestros pecados, solamente por amor. Lo único que necesitamos es creer en El y reconocer nuestra necesidad de Dios. Sabes, El perdón de pecados y la vida eterna, no suceden tan solo por creer que existe un Dios, o tener consciencia del bien y del mal. Como me pasaba en el laberinto, yo sabia lo mal que me portaba, pero eso tan solo me hacia sentir más triste. Sino que es un regalo que se obtiene al creer en el sacrificio de Jesús. Como está escrito en Juan 3:16. »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Si querido amigo, Dios te ama, y te está esperando con los brazos abiertos. No dejemos que pase un día más, sintiéndonos en ese laberinto sin salida, con la culpabilidad persiguiéndonos; oremos juntos. "Padre bueno, te doy gracias por este día; gracias porque tú preparaste un camino para poder acercarme. Hoy vengo ante ti, porque reconozco que te necesito. Muchas veces me he sentido perdido, alejado de ti y lleno de culpa por mis errores y pecados. ¡Pero hoy quiero cambiar! Te pido perdón por cada uno de ellos y quiero perdonar a todo el que me haya ofendido. Señor, en verdad reconozco que te necesito, no quiero seguir mi vida sin ti, gracias por tu sacrificio en la cruz para pagar por mis pecados. Ven a mi corazón, y se el Señor de mi vida. Te lo pido en tu nombre, Jesús, Amén". LECTURA PARA AVANZAR: Todas las citas son en (RVC) a menos que se diga lo contrario. Juan 14:6. Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Efesios 1:6. para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. 2 Corintios 5:17-20. De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo! Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo a través de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación. Esto quiere decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomarles en cuenta sus pecados, y que a nosotros nos encargó el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores en nombre de Cristo, y como si Dios les rogara a ustedes por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: «Reconcíliense con Dios». Juan 3:16. »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Hechos 4:12 (RVR1960) Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 1 Timoteo 2:5. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre. Romanos 3:9-12 (NVI) “¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado. Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!»” Efesios 2:13 Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. En Tiempos Difíciles, Oremos en Acuerdo Con Mas Constancia:
Recuerda, Tu oración puede cambiar la vida de una generación. Cada uno de nosotros fuimos llamados por Dios para orar unos por otros. "Padre bueno, me uno a esta oración por el actual Presidente de MI PAÍS, así como por las personas que están en autoridad en el gobierno. Cada uno de ellos los pongo en oración delante de ti para pedirte que abras sus ojos y su entendimiento para conocerte mas, que les des un corazón que aprenda a deleitarse en tu Palabra, que tu Santo Espíritu les enseñe tu voluntad y les de Sabiduría de lo alto para gobernar con justicia y verdad. Se que eres un Dios bueno y nos amas, y sé que tu voluntad es que todos se salven y lleguen a conocer la verdad. Por eso te pido que abras sus ojos para verte, sus oídos para escucharte y lleguen a conocer la verdad, de que por medio de Jesús tenemos salvación. Especialmente te pido que dirijas sus decisiones conforme a tu voluntad, para traer paz a este país en que habitamos. Porque como esta escrito, tus planes para nosotros, son de bienestar y no de calamidad, a fin de darnos un futuro y una esperanza. Todo esto te lo pido en el nombre de Jesús. Amen." Sigamos en ayuno y oración cada lunes. El ayuno que a Dios le agrada, es un corazón dispuesto a escucharlo y a dejar de momento cualquier cosa que te distraiga de tener una relación con el, tú amado. "PADRE, TU PALABRA ES VERDAD Y EN TI CONFIAMOS" Todas las citas son en (NVI) a menos que se indique lo contrario,
Nos gustaría orar por ti. Déjanos tu petición de oración.
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AutorCreo que no soy nada especial como para hacer grandes cosas; sin embargo, se que tengo el favor de Dios. Categorias
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